Todos estamos un pelín obsesionados con la Inteligencia Artificial.
Precisamente porque las implicaciones emocionales y vitales son
grandes. Pero no sólo. También las éticas y filosóficas.
Epistemológicas. Ontológicas.
De ahí que sea muy oportuno que nuestro Departamento de Filosofía
aproveche el visionado de la película -Enigma- The Imitation Game sobre las fascinante
figura del matemático e informático Alan Turing no sólo para
difundir su hazaña -y la de su equipo-durante la Segunda Guerra
Mundial, sino también, y sobre todo, para dar a conocer sus ideas
sobre la Inteligencia Artificial y su trabajo pionero y visionario. Y
para estudiarlo.
¿Pueden las máquinas simular a los humanos? ¿Pueden igualarlos?
¿Pueden superarlos? ¿Suplantarlos? ¿Es lógico o ético plantearlo
así? ¿Piensan las máquinas? ¿Qué es el pensamiento? ¿Y el
conocimiento? ¿Y las ideas? ¿Y la consciencia?
Preguntas que están en la base el pensamientos humano y científico
y de la Ciencia y la Filosofía.
Preguntas que la Filosofía encara y aborda, con el soporte y a la
aportación de todas las Ciencias. A la que ellas recurren.
Qué mejor manera de adentrarnos en nuestro futuro que con todo el
trabajo, análisis, investigación, que realiza esta disciplina. El
que van a poder conocer nuestros alumnos.
Filosofía y Ciencia. Ciencia y Filosofía. Imposibles el uno sin el
otro.
Abriendo puertas. Abriendo caminos. De nuestro futuro.