El descubrimiento por parte de la misión ruso-europea ExoMars de cloruro de hidrógeno (HCl) en la superficie de Marte ha puesto de relieve la utilidad de la combinación de esfuerzos internacionales como esta de la Agencia Espacial Europea y de la rusa Roscosmos.
Aunque no es la primera vez que se detecta HCl en Marte su aparición sigue siendo fuente de numerosas preguntas para los científicos e investigadores y de hecho se plantea si podría ser fruto de un fenómeno atmosférico o por el contrario geológico e incluso de origen vulcanológico.
A la espera de que llegue Rosalind Franklin (el rover europeo) a los lomos de cosacos (la plataforma rusa de amartizaje) en la misión europea retrasada a 2022, esta es una ocasión ideal para recordar la importancia de la misión ExoMars, de la sonda en órbita Trace Gas Orbiter y del malogrado rover Schiaparelli, estrellado en 2016, y que fue así bautizado en homenaje al gran Giovanni Schiaparellli.
Que el gran astrónomo italiano sea recordado por el descubrimiento de los surcos en Marte (los famosos "canales de Marte" que despertaron la imaginación colectiva y las primeras especulaciones sobre la vida inteligente en el planeta rojo) es un reduccionismo inmenso del que fue uno de los grandes astrónomos de la historia, pero no deja de ser una estupenda ocasión para recordar a este gran astrónomo que fue además maestro de escuela.
